dijous, 15 d’octubre del 2009

Tiempo y edad.

Y la imagen en el espejo se iba demacrando, su reflejo ya no era ella. Cabellos teñidos de nieve, rincones ensombrecidos en la cara, párpados cansados, piel carente de luz, cuello delgado, cascadas de piel, manos huesudas. Parezco débil, pensó. ¿Dónde quedó la belleza?, interrogó. Mientras se lamentaba y preguntaba cuánto tiempo había pasado podía escuchar la canción alegre de un cumpleaños feliz que se cantaba en el comedor. Salió lentamente, paso a paso, guiada por sus frágiles piernas, y al ver la sonrisa de su familia quiso llorar de felicidad dándose cuenta una vez más de lo que había construído a lo largo de su vida. Los niños volvieron a entonar la melodía y ella sonrió de nuevo, feliz:
Lo que son los años, ochenta ya.

dimecres, 19 d’agost del 2009

A primera vista.

Y sintió como en su interior estallaban una y otra vez los fuegos de artificio, hasta podía sentir los colores sin verlos siquiera. Pum... una explosión brillante. Pum... otra. Y otra, y otra, y otra... se repetían sin cesar, hasta que se dio cuenta. En realidad las explosiones eran su corazón, bombeando a más velocidad, con mayor fuerza e intensidad. Y delante suyo, más guapa que cualquiera, su nuevo amor.

dijous, 23 de juliol del 2009

Guerra interna

Todo dependía de él. Y era consciente de ello, no le faltaba valor para hacerlo. Si ganar aquella batalla terminaría con el sufrimiento de todos, él la libraría. Era una guerra consigo mismo, una guerra que lo salvaría de la locura, una guerra que los salvaría a todos: él lo sabía. Se miró al espejo de aquel pequeño lavabo y su reflejo sonrió: no serás capaz de hacerlo, le dijo. Mientras su reflejo sonreía ámpliamente, su cara física se desencajó. Y entre lágrimas de despedida, mirando su reflejo que seguía sonriente... ¡PUM!

Sí, lo hizo, apretó el gatillo.

diumenge, 14 de juny del 2009

¡Otra vez!




En aquel momento me aplacó un aburrimiento sublime y dejé de trabajar. Insistían, me atizaban para que siguiera con mi trabajo, pero realmente no podía más. Tal era el agotamiento que entré en un sueño profundo, pobre de mí que tan poco duró el poder dormir tras tanto tiempo: me pusieron pilas nuevas. Así mi amo pudo seguir pegándome mientras yo me quejaba plasmando mis letras en la pantalla del ordenador. ¡Qué vida tan dura la del teclado!

dijous, 11 de juny del 2009

El último esfuerzo



Corría, como un desesperado corría. Lo atacaban y él fintaba sin problemas... pero era una ofensiva constante. Cada vez faltaba menos, podría decir que habría terminado y no lo volverían a placar. Queda poco tiempo: treinta segundos, veinte, diez, cinco, cuatro, tres, dos, uno y... ¡punto y partido! Y tanto tirarse unos contra otros por una maldita pelota.

dilluns, 8 de juny del 2009

Los instintos afloran



Se miró las manos ensangrentadas y gimió al ver el cadáver pálido de su víctima a sus pies. Los instintos, pensó. La sangre por sus venas corría con fuerza, se sentía más vital que antes de cazar a su presa. Se arrodilló y miró con atención el cuerpo inerte que yacía en el suelo, lo observó con atención hasta encontrar la marca que más temía encontrar allí. Como acto reflejo se llevó la manga de la camiseta a los labios. Sangre. Soy un monstruo, se dijo con una sonrisa involuntaria en los labios. Los instintos afloran.

Denuncia por robo


Abrió el cajón y no había nada, así que rebuscó por toda la casa. Nada, no estaba, pero no podía haberlo perdido. Se fue directo a comisaría y, allí, como es habitual hizo una denúncia por robo. Cuando el policía preguntó qué había sido sustraído de la casa, quedó atónito. No se habían llevado dinero ni objetos de alto valor económico. "Señor agente, lo tenía guardado en el cajón, ¡me han robado el corazón¡"